Artículo elaborado por Gescooperativo, Sociedad Gestora de Instituciones de Inversión Colectiva del Grupo de Cajas Rurales.
Acabamos de inaugurar la etapa de la “nueva normalidad” y es momento de ver las novedades de los mercados en junio de 2020. Han pasado 100 días desde que se adoptaron las medidas de confinamiento y restricción de la actividad para tratar de contener la pandemia causada por el coronavirus Covid-19. El fin del estado de alarma en España y la reapertura de las fronteras con la UE apuntan a una reactivación gradual de la actividad económica, aunque todavía encontramos muchas incertidumbres en el ámbito sanitario y en el económico.
Con más de 8 millones y medio de infectados en el mundo, 460.000 fallecidos y 3 millones de personas recuperadas, la pandemia está lejos de ser controlada a nivel mundial, de hecho el número de nuevos casos crece cada día.
En Europa, el virus está más controlado aunque se mantiene en alerta ante el riesgo de rebrotes. El foco de la epidemia se ha trasladado a América, centrándose en Estados Unidos y Brasil, los países con más contagios en los últimos días.
El volumen de recursos destinados a combatir el virus a nivel mundial, tanto desde el ámbito público como privado, no tiene precedentes. El descubrimiento de un tratamiento efectivo contra el coronavirus o una vacuna que se pueda aplicar de forma masiva, cambiaría definitivamente el escenario, aunque las sucesivas fases por las que pasa el proceso de creación de la vacuna, hacen que sea difícil prever que dispongamos de ella a corto plazo.
El mayor riesgo al que se enfrentan actualmente las economías, es el de un rebrote del virus de tal magnitud que exija volver al confinamiento, por lo que la recuperación económica está ligada a la evolución de la pandemia.
No todas las economías están implementando las mismas medidas ni están yendo al mismo ritmo, por lo que, el impacto de la crisis será asimétrico por países. Las políticas expansivas adoptadas por los gobiernos incrementarán los déficits públicos de forma notable. Aquellos países más endeudados sufrirán más, y su recuperación será más complicada porque su margen de maniobra es más limitado.
En todo caso, el ritmo de la recuperación económica vendrá determinado en buena medida por la evolución que experimente la demanda interna y en Europa Occidental este epígrafe tiene un peso del 70% del PIB.
Una noticia muy positiva en Europa ha sido el anuncio del Fondo de Reconstrucción Europeo, con un volumen de 750.000 millones de euros, cuya aprobación esperamos que sea aprobada por todos los Estados Miembros con las menores modificaciones posibles. Como sabéis, los países más perjudicados por la pandemia, como Italia y España, son los que recibirían la mayor parte de los subsidios. Además, el acceso a estos fondos estará sujeto a condiciones y a un seguimiento del cumplimiento de las reformas, que a medio plazo favorezcan el crecimiento económico.
El BCE por su parte, con el objetivo de estimular el consumo y ayudar a la recuperación económica, ha aumentado la compra de activos en los dos principales programas que tiene actualmente en funcionamiento: 120.000 millones en el Programa de Compra de Activos y 600.000 millones de euros hasta los 1,35 billones en el Programa de Compras por la Emergencia de la Pandemia.
La rápida respuesta de los bancos centrales y los gobiernos, ha hecho que los mercados se hayan recuperado de los mínimos desde marzo, sin embargo esta subida tan vertical estaría descontando una recuperación en V de la economía que, a día de hoy, parece poco probable.
Nos enfrentamos a una recesión profunda en la economía con caídas del PIB a nivel mundial. Este miércoles el FMI comunicará sus previsiones económicas actualizadas, y todo apunta a que su pronóstico de recesión mundial podría ser peor, que la caída del 3% en el PIB anunciada en abril.
El BCE ha actualizado también sus previsiones económicas y espera que el PIB de la zona euro se contraiga un 8,7% en 2020, para recuperar en torno a un 5% en 2021, pero este repunte estaría condicionado al éxito de los gobiernos en la contención del virus y a la efectividad de las medidas tomadas para apoyar la economía.
Los datos en España son menos halagüeños, según el Banco de España se espera una contracción del PIB español hasta el 11,6% para este año, debido a la exposición de nuestra economía al sector servicios, en especial al turismo, que conllevará una recuperación más lenta que en el conjunto de la zona euro.
Es pronto para calibrar el alcance de la recesión actual, por lo que somos cautos ante la recuperación que estamos viendo en las bolsas, ya que las previsiones de beneficios de las compañías están rodeadas de incertidumbre y su reflejo en su valoración también tiene que tomarse con cautela. A nuestro juicio, debemos seguir siendo prudentes, máxime cuando las compañías también se muestran contenidas en sus estimaciones de beneficios.
A todo esto se añade el incremento de la tensión entre Estados Unidos y China, al que estamos asistiendo en estas últimas semanas y que de momento el mercado está obviando, pero en cualquier momento podría provocar una corrección o una consolidación de niveles después de esta fuerte subida.
Por todo ello, insistimos en tener carteras diversificadas, que es la mejor manera de atenuar los posibles recortes, sin renunciar a las subidas, centrándonos en compañías de calidad, con bajos niveles de deuda y con importante generación de caja de forma recurrente.
El Covid-19 ha traído cambios en los comportamientos de los consumidores que se prevén duraderos y el incremento del uso de la tecnología es uno de ellos. Los patrones de consumo tras el confinamiento, favorecen el desarrollo de la digitalización, que se aplica a sectores tan diversos como la distribución, alimentación, salud o entretenimiento.
Otra de las tendencias que sale fortalecida de esta crisis es la Sostenibilidad. Los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno cada vez tienen más importancia para los inversores. De hecho, el presupuesto de la Unión Europea en el plan 2021-2027, vincula 1,85 billones de euros a la economía sostenible. Las inversiones sostenibles son una tendencia que se está consolidando en Europa y el interés por este tipo de inversiones se va a incrementar.
El sector salud ha demostrado ser uno de las más relevantes, actuando durante este periodo como valor refugio. A día de hoy sigue mostrando un mayor crecimiento, impulsado por las tendencias demográficas, como el envejecimiento de la población en la mayor parte de los países occidentales, o los avances científicos. Además, la creciente preocupación de la sociedad por la salud, impulsará el desarrollo de este sector, y concederá una superioridad estratégica a los países con mejor tecnología y capacidad innovadora.
También esperamos que aumenten las inversiones medioambientales y en energías renovables, al igual que la de productos y servicios que contribuyan a un mundo más limpio y eficiente.
La visión de construir, entre todos, un mundo más sostenible, ha ido calando poco a poco en la sociedad: los millennials aspiran a trabajar por un mundo mejor, los gobiernos lanzan regulaciones que obligan a las empresas a reportar información más allá de la financiera, y también las empresas integran en su discurso la sostenibilidad.
En el actual entorno de mercado, la caída de los tipos de interés, la contracción económica y la incertidumbre, representan desafíos importantes y éste es el momento de ampliar el horizonte de inversión y buscar alternativas.
En Gescooperativo intentamos buscar compañías generadoras de caja de forma consistente, con balances solventes, y esto lo encontramos en el sector tecnológico, en el que a día de hoy estamos sobreponderados en la mayoría de nuestros fondos.
Actualmente tenemos una posición de liquidez algo superior a lo habitual para aprovechar la volatilidad típica del periodo estival. En los fondos de renta fija, el mayor peso de la inversión se encuentra en deuda pública española; en los fondos mixtos, se ha reducido la exposición a high yield, y también se han reducido las duraciones de las carteras de renta fija.
En cuanto a nuestros fondos mixtos conservadores, están evolucionando razonablemente bien, en especial los mixtos internacionales. Pensamos que la recuperación será más rápida y pronunciada fuera de nuestras fronteras.
Como resumen, hemos configurado una estrategia defensiva, que consiste en seleccionar inversiones que a medio plazo se vean poco impactadas por la situación actual, y se encuentren a precios atractivos.