Caja Rural de Navarra realiza un buen ejercicio 2012, cumple íntegramente las exigencias de provisiones extraordinarias y mantiene su elevado nivel de solvencia.


Caja Rural de Navarra, 5 febrero 2013 / Corporativo

El balance del ejercicio 2012 se considera satisfactorio, ya que se ha mejorado la capacidad de generar resultados recurrentes en la actividad ordinaria en un entorno económico especialmente difícil.

Además, se ha conseguido evolucionar positivamente en las principales magnitudes del volumen de negocio y de la actividad de la Caja en el año 2012, habiendo mejorado la cuota de mercado en recursos de clientes, en inversión crediticia y en número de clientes.

Caja Rural de Navarra ha seguido incrementando el volumen de la inversión concedida todos los años durante esta crisis, asumiendo un importante nivel de compromiso con el apoyo a las iniciativas económicas y de desarrollo en las Comunidades en las que opera, algo que ha sido siempre absolutamente prioritario y diferenciador en nuestro modelo de negocio.

A pesar de la compleja situación del sector, en el que se ha reducido drásticamente el número de sucursales bancarias, y consecuentemente el empleo, hay que destacar que Caja Rural de Navarra ha mantenido estable el número de empleados y el de sus oficinas.

También, se ha cumplido la exigente normativa extraordinaria sobre dotaciones en su totalidad, en un solo ejercicio y sin ningún tipo de ayuda o medida que modere su impacto.

El nivel de Fondos Propios de la Entidad hace que actualmente el ratio de solvencia (Capital Principal) de la Caja sea del 11,89%, uno de los más elevados del sector, y muy superior al 9% exigido actualmente por la normativa que determina el nivel de solvencia exigible a las entidades financieras.

Caja Rural, por su nivel de solvencia y su capacidad económica para generar resultados derivados de su actividad ordinaria, ha podido afrontar el cumplimiento de todos los decretos sin modificar su proyecto de ser una entidad local, independiente, con sensibilidad y proximidad al cliente, cuyos máximos órganos decisorios están localizados en su ámbito de actuación, que mantiene intacta su plena capacidad de decisión, con gran conocimiento del territorio y del tejido de las Comunidades donde opera y que asume con responsabilidad el papel que le corresponde como Entidad Financiera para dinamizar el desarrollo económico y social de estas Comunidades.